5 claves para mostrar seguridad (aunque no la sientas).
Seguro te pasó que en una reunión, una entrevista o en una presentación, sentiste que tu cuerpo te traicionaba y que todo el mundo se daba cuenta. Te transpiran las manos, se seca la boca, los hombros se encogen y no podés enfocar bien la mirada. Es probable que ahora, mientras te acordás de ese momento, estés experimentando alguna de esas sensaciones otra vez.
Aunque tengas todo preparado, si tu cuerpo no transmite seguridad, tu mensaje pierde fuerza.
La buena noticia es que la seguridad también se puede entrenar.
Y a veces, solamente hay que ajustar algunas cosas para cambiar la sensación que causás en los demás y cómo te sentís vos internamente.
Estos 5 puntos, super fáciles, te van a ayudar a proyectar seguridad con tu lenguaje corporal:
1. Cuerpo erguido, pero relajado.
La primer muestra de seguridad empieza con una buena postura. No se trata de estar duro como una estatua, sino de mantener la espalda recta, hombros relajados y el pecho levemente abierto. Esta posición te da presencia con los demás y activa un feedback interno que hace que vos mismo sientas más seguridad.
2. Contacto visual.
Mirar a los ojos genera conexión y confianza con los demás. Pero cuidado: la mirada fija todo el tiempo en la otra persona puede generar incomodidad o sensación de amenaza. Lo ideal es sostener la mirada un par de segundos, mirar afuera y volver. Esto genera una conexión real sin parecer forzado.
Si sos de las personas que les cuesta mucho mirar a los ojos, alterná entre mirar sus ojos y la zona entre las cejas. La percepción es casi la misma y te saca tensión mientras vas generando confianza.
3. Gestos abiertos y definidos
Las poses abiertas y los movimientos suaves y amplios con las manos generan armonía visual y naturalidad mientras acompañan lo que decís y refuerzan tu mensaje.
Lo mas importante es NO forzar los gestos, es muy fácil darse cuenta cuando una persona está exagerando o impostando lo que no es.
4. Movimiento firme y controlado
Caminar rápido, hacer movimientos bruscos o cambiar de postura todo el tiempo puede transmitir ansiedad o nerviosismo. Lo ideal es moverte con calma, adueñarte del espacio y usar pausas. Cuando estamos seguros y confiados, nuestro cuerpo seguro no se apura, no se encoge y no se esconde; se deja ver y se mueve a su tiempo.
5. La voz también es cuerpo
Aunque generalmente no lo consideremos, la voz es una extensión de nuestro cuerpo y una herramienta de lenguaje corporal. Una voz firme, con pausas, volumen adecuado y buena modulación transmite seguridad. No hace falta gritar ni forzar. Solo hablar con intención, desde el diafragma.
¿Por qué todo esto funciona?
Porque el lenguaje corporal no solo refleja lo que sentís realmente, también puede crear lo que necesitás sentir. Si tu cuerpo comunica seguridad, los demás lo perciben... y vos también empezás a creértelo.
Espero que estos consejos te ayuden, y acordate que comunicarte bien no es magia ni está reservado a unos pocos elegidos: es una habilidad que se entrena y que todos podemos aprender.